La L-carnitina es una molécula imprescindible para quemar grasas, la cual es fabricada por tu propio cuerpo a partir del aminoácido lisina y la vitamina C (otro motivo para que no te falte esta vitamina), y también se encuentra en muchos alimentos, especialmente en la carne.
Las moléculas de L-carnitina tienen como misión ayudar a atravesar a los ácidos grasos de cadena larga la membrana mitocondrial con el fin de que se convierten en energía (esto se hace en las en las mitocondrias) en el interior de las células.
Actualmente, muchos de sus beneficios empiezan a tener bastante atención mediática, pero aun hay mucha gente que no está segura de si su toma mejorará su salud o cuánta necesita su cuerpo. Ya seas una de estas personas o un veterano de la l-carnitina que necesita actualizar información.
Es una sustancia natural o un producto del metabolismo que ocurre en las células vivas. Como el propio cuerpo la produce, no se considera como un nutriente esencial y no se puede clasificar como vitamina. Tampoco es un aminoácido, aunque muchas publicaciones se refieran a ella de esa manera. Desde un punto de vista químico, se clasifica como un amino cuaternario. Pero realmente solo necesitas saber que es una sustancia metabólica producida por tu cuerpo.
Como muchas otras sustancias que se producen de manera natural, esta molécula tiene dos formas que son un espejo la una de la otra. Los científicos utilizan las letras L y D para distinguir entre ambas formas. Es importante saber que la L es la forma activa en tu cuerpo, no la D-carnitina. Por tanto, cuando vayas a comprar productos derivados, siempre busca la L.
La L-carnitina ayuda en la pérdida de grasa enviando más ácidos grasos a las mitocondrias para que se usen como energía, la carnitina se segura de que se almacena menos grasa.
El consumo suplementario puede variar desde pequeñas cantidades de alrededor de 50 mg hasta una dosis de más de 2 gramos por día. Varios estudios han demostrado que tomar 500 mg al día de un suplemento de carnitina puede aumentar sus niveles en tus tejidos y sangre. Mayores cantidades se utilizan comúnmente para fines terapéuticos.
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